el espacio

El edificio cuenta con más de cien años de antiguedad y se dice que en él se alojó Juan Carlos Onetti.

Fue un banco, un hospedaje de lujo, cabaret y refugio.

Desde hace varios años, Pensión Cultural Milán se ha transformado en un proyecto de arte contemporáneo independiente

El edificio donde hoy se encuentra La Pensión Milan en Juan Carlos Gómez 1531, Ciudad Vieja de Montevideo, fue construido en 1895. En aquella época, el barrio de la Ciudad Vieja era el centro de la actividad comercial y financiera de la ciudad, y el edificio fue construido como una pensión para alojar a los trabajadores que venían a la ciudad a buscar trabajo y a hacer negocios.

La Pensión Milan es un edificio de estilo neoclásico construido a finales del siglo XIX. En su época de apogeo, funcionó como un hotel y pensión para viajeros, artistas y bohemios que pasaban por Montevideo. Durante la primera mitad del siglo XX, el edificio fue un lugar muy popular entre los escritores y artistas de la época, quienes encontraban allí un ambiente propicio para la creación literaria y artística.

Durante gran parte del siglo XX, La Pensión Milán fue un lugar emblemático de la bohemia montevideana, frecuentado por escritores, artistas y músicos. El lugar fue inmortalizado en varias obras literarias, como la novela "La vida breve" de Juan Carlos Onetti, quien vivió en La Pensión Milán durante algún tiempo. En la pensión se alojaron muchos personajes bohemios y marginales. Según algunas fuentes, en la década de 1940, La Pensión Milán habría funcionado como un burdel de lujo.

Se dice que La Pensión Milán llegó a ser uno de los lugares más famosos de la ciudad, y que allí se alojaron personalidades como el poeta argentino Jorge Luis Borges y el escritor uruguayo Mario Benedetti. También se cuenta que allí se dieron cita numerosos intelectuales y artistas de la época, quienes frecuentaban la pensión para conversar, intercambiar ideas y compartir su trabajo.

En la década de 1960, La Pensión Milán comenzó a sufrir un proceso de deterioro que la llevó a perder gran parte de su atractivo original. El edificio se convirtió en un lugar peligroso y lleno de escombros, y en los años 70 fue abandonado por sus propietarios.

En la década de 1970, el Grupo Mauá adquirió La Pensión Milán y la utilizó como sede de su banco, el Banco de Montevideo. Durante este periodo, el edificio fue remodelado y adaptado para su uso como banco, y la decoración original del edificio fue reemplazada por un estilo más moderno y minimalista.

Sin embargo, en la década de 1980 el Banco de Montevideo entró en crisis y eventualmente fue liquidado, y La Pensión Milan quedó abandonada y en mal estado durante varios años.

Hoy día La Pensión Milán se ha restaurado y mantenido el edificio como un espacio cultural. La pensión cuenta con varias habitaciones que han sido adaptadas como espacios de trabajo para artistas, y también es utilizada como sala de exposiciones y centro de actividades culturales.

Entre las obras de Juan Carlos Onetti y sí, "La Pensión Milán" es mencionada en algunas de sus obras. "La Pensión Milan" es un lugar emblemático en la obra de Onetti, y aparece en varias de sus novelas y cuentos.

En su novela "El pozo", por ejemplo, La Pensión Milán es descrita como un lugar sórdido y decadente, donde viven personajes marginados y solitarios. En "La vida breve", otra de sus novelas, La Pensión Milan es el escenario principal de la trama, y allí se desarrolla gran parte de la historia.

En resumen, La Pensión Milan es un elemento recurrente en la obra de Juan Carlos Onetti, y su presencia en sus relatos y novelas es fundamental para crear un ambiente sórdido y melancólico que es característico de su estilo literario.

Extracto de la novela "La vida breve" de Juan Carlos Onetti donde se menciona La Pensión Milán:

"Abrió la puerta, subió los escalones de la escalera oscura, llegó al primer piso y, sin llamar, empujó la puerta que llevaba al corredor. No había nadie. La Pensión Milán era así. Siempre estaba vacía. Recorrió los cuartos, buscando a Marta, con la confianza de encontrarla en alguno de ellos. En el último, en el que había una cama de matrimonio, la vio tendida, en camisón, durmiendo. Se acercó despacio, se sentó a su lado y le tomó la mano. Ella despertó, sonrió y le dijo:

—No era necesario que vinieras, Luis."